Los Hábitos y el Interés Compuesto
- Fernando de los Santos
- Feb 8, 2022
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Con los hábitos sucede lo mismo que con el interés compuesto, mientras a más temprana edad se inicie a practicarlos, mejores resultados se verán reflejados en la vida personal de quien los practica. De ahí la importancia de inculcarles buenos hábitos a los hijos desde pequeños, al igual que enseñarles el valor y manejo del dinero a medida que van avanzando de edad.
“Los hábitos son el interés compuesto de la superación personal. Del mismo modo que el dinero se multiplica a través del interés compuesto, los efectos de tus hábitos se multiplican a medida que los repites”. (James Clear, Atomic Habits)
Hace ya un mes del inicio de un nuevo año lleno de propósitos, pero regularmente sucede que después de un cierto periodo se abandonan.
¿Porqué se dejan de practicar esos nuevos propósitos o cambio de hábitos?
En gran medida porque no se ven resultados en el corto plazo. Pero también porque los hábitos que se quieren cambiar están muy arraigados. Bueno, lo mismo sucede con las inversiones, se quieren resultados inmediatos o de muy corto plazo y una gran mayoría no es capaz de esperar un período más prolongado de tiempo o voltear a ver otras alternativas de inversión. Y los ejemplos típicos o repetidos año con año son los mismos: bajar de peso, hacer ejercicio, dejar de fumar y ahorrar, entre otros.
“Solo un hábito puede dominar otro hábito” (Og Mandino).
Esos propósitos o cambios de hábito de inician con mucha determinación, pero al no observar resultados inmediatos o tangibles, a las pocas semanas y en un alto porcentaje de los casos se abandonan, sintiéndose decepcionados e infelices. Bajo esta premisa podríamos preguntarnos: ¿Quién tiene buenos hábitos es una persona más próspera y feliz?
Sin lugar a dudas existe una correlación entre quienes practican buenos hábitos con la prosperidad. El término felicidad tiene una connotación más amplia. Por ejemplo, Jorge Bucay en su libro “El camino de la felicidad” comenta que la felicidad está determinada por la ausencia de situaciones desdichadas. Por lo que matemáticamente hablando:
F = 1/D
F = Felicidad
D = Desdicha
Tomando como base la irónica fórmula de la desdicha de Dennis Prager se podría calcular la infelicidad con la siguiente ecuación:
D = E – R
Es decir, la cantidad de Desdicha es igual a las Expectativas menos la Realidad.
De tal forma que cuanto mayor sea la expectativa y menos parecida sea a la realidad, mayor será la desdicha.
Algo similar suele suceder con los propósitos que buscan obtener buenos o mejores hábitos. Se fijan o establecen metas que en principio pudieran parecer muy altas y al poco tiempo se abandonan.
Pero ¿qué pasa con las metas relacionadas con el dinero y particularmente con las inversiones?
En muchos casos solo existe el deseo de ganar más intereses u obtener una mayor rentabilidad, pero sin realizar un análisis de las alternativas disponibles en el mercado. En otros casos la meta a alcanzar es muy ambiciosa e inevitablemente va muy ligada al riesgo, por lo que pueden presentarse sorpresas desagradables.
Sin embargo, existen por ejemplo inversiones similares a una inversión bancaria en un Pagaré, en un Certificado de Depósito o en una “Mesa de Dinero” a plazo, que pueden más que duplicar dichos rendimientos en esquemas también conservadores y de mínimo riesgo.
Si dentro de tus metas u objetivos está lograr una mayor rentabilidad de tus inversiones y obtener un rendimiento real (tasa de interés mayor que la tasa de inflación), podrías acercarte a Doble Dígito para que conozcas las distintas alternativas de inversión.
Doble Dígito podría empatar o cubrir tus expectativas con tu realidad.
Fernando de los Santos
Business Partner & Banker
Doble Dígito
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